Desde hace un tiempo venimos observando, desde Autoescuela Campus, los malos hábitos que últimamente están tomando muchos conductores, bien sea por comodidad, estrés o simplemente por dejadez. Algunos de estos conductores infringen normas de seguridad vial que vemos como acciones normales a la hora de conducir nuestro vehículo, saltarse un semáforo en ámbar, no respetar un ceda el paso o stop, pasos de peatones o las temidas rotondas. Estas infracciones, a parte de poder causar una sanción, ocasionan, en algunos casos, reacciones poco agradables en los otros conductores e incluso en los viandantes, pudiendo llegar, en casos extremos, a la agresión física y verbal.
La mayoría de las infracciones que llegamos a realizar, las hacemos delante de niños, nuestros propios hijos. Como bien sabemos, para nuestros hijos somos el ejemplo a seguir, llegando a adquirir nuestros hábitos para su vida cotidiana. Según muchos estudios, sabemos que en un hogar donde los padres tienen la costumbre, por ejemplo, de leer, sus hijos tomaran ese hábito como suyo propio. En educación vial tenemos la oportunidad de convertirnos en las Autoescuelas más cercanas para nuestros propios hijos, inculcándoles desde pequeños la correcta utilización de nuestro vehículo, enseñarles lo importante que es, para nuestra seguridad y la de los demás, el respeto de las normas de tráfico y a las personas.
Debemos recordar que cuando conducimos ponemos, de manera simbólica, a nuestros hijos al volante, seamos buenos ejemplos para que el día de mañana sean conductores responsables.